AIRSPEED CHALLENGE 2007

02 / 10 / 2007

EMPURIABRAVA AIRSPEED CHALLENGE 2007

El “reto” parece ser uno de los motores que siempre ha motivado a los paracaidistas. Cuando empiezan el reto no es mas que saltar al vacío desde un avión, posteriormente otros muchos como poder controlar su “vuelo” en caída libre, alcanzar marcas que otros no han conseguido, realizar grandes formaciones en caída libre o con el paracaídas abierto, etc.

Sin embargo pocas veces lo denominan como tal, solamente cuando lo que pretenden conseguir es algo que incluso a ellos mismos les parece poco menos que imposible es cuando dicen enfrentarse a un CHALLENGE.
Es en estos momentos cuando el paracaidista pone lo mejor de si mismo individualmente y como equipo, simplemente para demostrase a si mismo y al resto de la comunidad que el listón se puede elevar un poco mas y que si ese reto se consigue no será mas que una transición para afrontar un nuevo reto a continuación.

Por segundo año consecutivo, Skydive Empuriabrava ha organizado su Airspeed Chalenge, retando a una selección de entre los mejores paracaidistas europeos a conseguir una formación inédita y de gran dificultad en caída libre.


Para ello ha contado con la presencia de Gary Beyer, Craig Girard y Eliana Rodríguez, miembros de Airspeed (equipo nacional americano y poseedores del mayor número de títulos de campeón del mundo de la historia) que han diseñado la formación y dirigido los entrenamientos de los días previos al Challenge.


Tras el éxito obtenido en la anterior edición con la impresionante formación de 2006, plantearon para este año una figura de 60 paracaidistas muy complicada técnicamente, de gran fragilidad en su construcción, que no permitía el mínimo error en el momento de unirse a la misma y que no tenía nada que envidiar a la del año anterior.


Durante los dos días anteriores se realizaron saltos de entrenamiento dividiendo la selección de saltadores en grupos mas pequeños. El primer día, con grupos de 16 paracaidistas, dejo saltos de gran calidad, en alguno de ellos se llegaron a realizar hasta 10 formaciones durante los 70” de caída libre. El segundo, con grupos de 32 saltadores, dejo clara la calidad de la selección y prometía grandes resultados para el Challenge.


Sin embargo el tiempo no estuvo dispuesto a colaborar. Las nubes y el fuerte viento del día elegido para el Challenge solo permitieron la realización de dos intentos.

En el primero la concentración y disciplina de los participantes dio como resultado la casi consecución de la figura, a falta de un solo agarre. La última mano que debía cerrar la formación llego un segundo tarde y algún paracaidista ya había iniciado la maniobra de separación.


El primer salto suele ser un ejercicio de aprendizaje, donde el paracaidista aprende su camino hacia la formación, percibe el volumen de la misma, estudia la tasa de caída y los problemas de aproximación y agarre. En él el paracaidista suele ser mas precavido con su aproximación y mas susceptible a errores y en general no se consiguen grandes resultados.


Por esta razón la casi consecución de la formación en el primer intento dejaba su marca en la moral de los participantes que veían su objetivo muy cerca, pero este sentimiento, según pasaban las horas sin poder saltar, dejaba paso al nerviosismo y a la tensión de ir perdiendo la posibilidad de nuevos intentos.


Al final del día, con los dos Twin Otter y el Beech 99 volando en formación a 15.000’, se pudo realizar un nuevo salto, pero el resultado mostró que el nombre de “Challenge” es muy acertado para estas pretensiones y que si los paracaidistas quieren superar este reto tendrán que esforzarse más… al año que viene.


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