FLIGHT OVER ANTARTIDA
24 / 03 / 2007
A PUNTO PARA LA ANTARTIDA
Tras su último entrenamiento en el Pirineo catalán, todos los miembros del Proyecto Alas se han desplazado a Buenos Aires. Los cinco componentes del equipo van acompañados por cuatro miembros de la EADA (Ejercito del Aire Español) y de otras cinco personas que serán las encargadas de la realización del documental.
Si el tiempo lo permite el día cuatro de marzo todo el equipo emprenderá, a bordo de un C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, viaje desde Buenos Aires a Río Gallegos al sur del continente. Al día siguiente se completara el vuelo para llegar a la base Marambio en el continente antártico.
La isla Vicecomodoro Marambio será el punto elegido para realizar los saltos que supondrán el primer vuelo humano con mono de alas sobre el continente blanco.
La climatología en extremo cambiante (el viento puede cambiar a razón de 60-80 nudos en cuestión de minutos), las bajas temperaturas y la proximidad del agua serán los principales peligros.
Para la realización de los saltos se dispondrá de un DHC-6 Twin Otter que volará sin puerta y que subirá a los paracaidistas hasta 10.000 pies de altura.
Durante el vuelo de los paracaidistas, un Bell 212 permanecerá en vuelo listo para un eventual rescate rápido. Si alguno de los paracaidistas cayera al mar, este no podría sobrevivir a mas de tres minutos de exposición en sus aguas heladas.
Pese a todo, los miembros del Proyecto Alas se muestran optimistas y ansiosos ante la inminente partida, y si las conexiones lo permiten, prometen seguir pasando noticias puntualmente.
DIARIO
04 de Marzo
El día largamente esperado ha llegado y el equipo ha emprendido viaje hacia el sur. El C-130 con unas cuarenta personas a bordo ha completado su primera etapa tras cinco horas de vuelo. La ciudad de Río Gallegos los recibe con viento y lluvia.
El plan original de repostar, aprovisionar el avión y reemprender viaje a las tres de la madrugada, ha tenido que ser suspendido. Desde base Comodoro Marambio se informaba de vientos cruzados de más de 65 nudos, pero se prevén vientos favorables para el mediodía de mañana.
05 de Marzo
El día ha amanecido soleado y frío y el parte metereológico es favorable. Tras el detallado informe del Comodoro Tufiño, jefe de la base de Río Gallego, se embarca nuevamente con destino a la Base de Marambio.
05 de Marzo, mas tarde
Se llega a Marambio con la sorpresa de encontrar unas instalaciones muy bien preparadas y un día soleado después de cuarenta de tiempo impracticable, con temporal y vientos de hasta 100 nudos.
El equipo no duda en aprovechar esta oportunidad y sin tiempo para más, embarca en un Bell 212 para reconocer el terreno y a continuación en el avión desde el que estaba previsto realizar los saltos, un Twin Otter preparado para el aterrizaje en glaciares.
La vista a 10.000 pies es sobrecogedora, mostrando un territorio salvaje que se mezcla con las aguas del mar de Wedell, en estos momentos plagadas de icebergs de todas las tallas imaginables.
Con una velocidad pasmosa el tiempo empieza a cambiar y las nubes llegan a cubrir toda la extensión de cielo visible, pero ya en pasada se realiza el primer salto sobre la vertical de la Base Marambio.
El frío es atenazador, y todas las capas de ropa parecen insuficientes. Los compañeros del suelo comunican que el viento esta aumentando y ya llega a 20 nudos y la proximidad del mar se convierte en nuestra principal preocupación. Sin embargo todos los temores ante la emoción de poder realizar este salto, que a buen seguro hará historia.
La actividad de la Base queda en suspenso durante la caída libre y el aterrizaje de los miembros del Proyecto Alas. Los recibe con gran entusiasmo por la totalidad de los habitantes de Marambio, el Comodoro Mayor Marcelo Ayerdi y el jefe de la base, Comodoro Colman, al frente con una botella de champagne para celebrar el PRIMER VUELO HUMANO SOBRE EL CONTINENTE ANTARTICO.
Para el día siguiente se propone realizar otro vuelo pero sobre el glaciar de Cerro Nevado. El meteorólogo informa que se espera un buen día, pero que los vientos probablemente aumentaran.
06 de Marzo
Un día inmejorable, en la base no creen en tanta buena suerte!! Si todo va como se espera hoy se hará un salto en un lugar totalmente virgen.
06 de Marzo, mas tarde
Buenas noticias! La Fuerza Aérea apoya la propuesta de saltar sobre Cerro Nevado. Los dos helicópteros Bell han trasladado hasta el punto elegido al equipo de apoyo y a continuación se comienza el ascenso hasta 12.000 pies.
Las temperaturas de hoy son muy inferiores a las de ayer y durante el vuelo de dos horas se empiezan a sufrir las consecuencias de volar sin puerta. El piloto informa que la sensación térmica es de -71° al alcanzar la altura de lanzamiento. A estas alturas del vuelo nuestras caras están azules y no se sienten ni pies ni manos, algunos se encuentra al límite de su resistencia.
A dos minutos del lanzamiento el suelo informa que el viento en el glaciar es de 22 nudos y se disponen para saltar.
Colocados en la puerta para la salida, pero a 10 segundos del salto el piloto se gira y les pide esperar, que nuestro equipo en el suelo quiere suspender el salto.
Desde el suelo ven acercarse una tormenta de nieve al tiempo que los vientos se incrementan y el helicóptero de rescate, que se encuentra en vuelo a una milla de distancia, se pone rápidamente en movimiento. Cuando el helicóptero llega al lugar de recogida se encuentran con visibilidad “cero” y aunque desde el suelo lo oyen muy cerca no logran encontrarlo y el helicóptero se ve forzado a abandonar el rescate.
El día perfecto se ha convertido en cinco minutos en una terrible ventisca con vientos de 45 nudos de intensidad. Cuatro comandos argentinos, el médico, dos CCT de la EADA, David y Marc del nuestro equipo de rodaje, se han quedado aislados en un lugar inaccesible.
Tras el regreso del equipo a Marambio se informan de las noticias y se establece un plan de emergencia. En un primer momento los nueve incomunicados intentan descender los 1500 pies de Cerro Nevado, es una acción peligrosa ya que deben de pasar por una zona de grietas, pero también es peligroso quedarse desprotegidos donde ahora están. Después de establecer una cordada emprenden camino, pero tras un kilómetro de penosa marcha donde el primero de la fila no llega a ver a los últimos, deciden regresar al punto de partida donde el rescate los pueda encontrar y afrontar el problema con los medios de que disponen.
Por radio se informa de su situación, van a cavar un refugio en la nieve e intentar esperar a que el tiempo mejore. Los comandos disponen de una pequeña tienda de campaña donde instalan a Marc, David, al médico y al mas joven de los comandos. El resto se distribuyen en el exterior en dos agujeros practicados en la nieve de dimensiones muy reducidas debido a la dureza del hielo centenario. Con las banderas de la EADA y de Skydive Empuriabrava improvisan un tejadillo para protegerse del viento.
Se establece un procedimiento de contacto por radio con la base cada dos horas.
En la comunicación de las cinco de la tarde, cuando ya llevan tres horas de aislamiento, los vientos son de 45 nudos y la temperatura de – 31° C, y desde la base se les comunica que si las condiciones no mejoran antes de las 19.30 el helicóptero no podrá despegar hasta el día siguiente.
19.30
Desde la base se dan las malas noticias al grupo de Cerro Nevado: se abandona el rescate hasta las 06.00 horas, tendrán que pasar la noche solos y esperar que las condiciones sean mas favorables por la mañana.
La situación del grupo empieza a complicarse, las temperaturas han descendido hasta los –37° C, la intensidad del viento parece aumentar y algunos están un poco mojados.
02.00
Los palos de las banderas que utilizaban como parapeto se han roto y ahora están totalmente expuestos. Han aparecido los primeros síntomas de hipotermia en alguno de los miembros del grupo. Cada 20 o 25 minutos se comprueba que todos siguen despiertos y en relativo buen estado.
El metereólogo informa que el tiempo será bueno al día siguiente, pero nunca se sabe con certeza…
04.00
Una capa de nieve cure las piernas de los que se encuentran fuera de la tienda de campaña. Los ánimos empiezan a flaquear, el medico tiene las manos totalmente moradas y no tiene fuerzas para aguantar mas tiempo. Blas Morcillo se hace cargo de la situación y les devuelve el calor poniéndolas en su estomago desnudo. En su comunicación con la base informan que no aguantaran otras doce horas. La situación es dramática porque la ventisca no cesa.
05.00
Todavía de noche se empiezan a preparar los helicópteros y los equipos de rescate.
A las 05.30, con el sol apuntando por el horizonte, el viento ha bajado hasta 17 nudos, es el momento de despegar. Tras algo mas de media hora de vuelo se puede finalizar el rescate con éxito.
Una hora después todos respiraran tranquilos al ver las caras de sus amigos, aunque agotados, sanos y salvos.
07 de Marzo
El día ha quedado absolutamente increíble, soleado y sin viento. Todos los rescatados están descansando, pero la aventura continua.
Junto al Comodoro Mayor Marcelo Ayerdi se prepara un nuevo plan. Según sus palabras « hemos cometido el error de subestimar al Polo Sur » y esto no volverá a ocurrir.
Se desplazaran dos personas a la zona de saltos para realizar el control en el suelo, un helicóptero quedara orbitando en la zona y si se detectan nubes en un radio de 15 km los recogerá y se cancelara el salto.
Los dos CCT españoles, que todavía no han podido descansar tras salir del botiquín, se cambian de ropa, preparan el material y se muestran decididos a continuar. Blas, junto a un comando de la Fuerza Aérea Argentina, viajara de nuevo hacia el sur hasta alcanzar Cerro Nevado y Fernando quedara en la zona alternativa de Marambio. El equipo de filmación lo ha pasado realmente mal por lo que a partir de ahora los miembros del equipo se encargaran de obtener todas las imágenes.
Es el momento, no hoy otra alternativa, las condiciones son perfectas.
Para el ascenso se preparan sacos de dormir, con los que se protegen hasta el momento de la salida.
Durante el vuelos se piensa en la experiencia del día anterior, el tiempo puede cambiar en cuestión de pocos minutos, y que si esto ocurriera y no se los puede recuperar inmediatamente, no se está lo suficientemente equipados para sobrevivir ni tan siquiera a una noche a la intemperie.
Al llegar al glaciar se contempa una visión absolutamente maravillosa con el sol brillando sobre la nieve y el Mar de Wedell. Tras ascender hasta 13.500 pies todas las dudas desaparecen y saltsan eufóricos, sabiendo que hoy si lo van a conseguir.
El frío es estremecedor pero el vuelo es maravilloso. A los pocos segundos de la salida la cámara de fotos de Vincent se congela y deja de funcionar, la mala suerte los dejará sin esas imágenes para compartir, pero la que queda gravada en sus retinas permanecerá allí para siempre.
El momento de la apertura no deja perciben un sentimiento de tristeza, porque saben que cuando terminen este vuelo no tenderán nuevamente la oportunidad de experimentar esta sensación sobre la Antártida.
Bajo campana todos sus movimientos son torpes e imprecisos, sus músculos están entumecidos y las manos no tienen sensibilidad.
Al aterrizar, unidos en un fuerte abrazo, saben que después de todos los esfuerzos y los malos momentos han merecido la pena y que lo que acaban de conseguir será difícilmente repetible.
El Proyecto Alas, agradece infinitamente al Ejercito del Aire Español y la Fuerza Aérea Argentina, que sin su inmensurable colaboración jamás lo habrían conseguido.
Tras su último entrenamiento en el Pirineo catalán, todos los miembros del Proyecto Alas se han desplazado a Buenos Aires. Los cinco componentes del equipo van acompañados por cuatro miembros de la EADA (Ejercito del Aire Español) y de otras cinco personas que serán las encargadas de la realización del documental.
Si el tiempo lo permite el día cuatro de marzo todo el equipo emprenderá, a bordo de un C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, viaje desde Buenos Aires a Río Gallegos al sur del continente. Al día siguiente se completara el vuelo para llegar a la base Marambio en el continente antártico.
La isla Vicecomodoro Marambio será el punto elegido para realizar los saltos que supondrán el primer vuelo humano con mono de alas sobre el continente blanco.
La climatología en extremo cambiante (el viento puede cambiar a razón de 60-80 nudos en cuestión de minutos), las bajas temperaturas y la proximidad del agua serán los principales peligros.
Para la realización de los saltos se dispondrá de un DHC-6 Twin Otter que volará sin puerta y que subirá a los paracaidistas hasta 10.000 pies de altura.
Durante el vuelo de los paracaidistas, un Bell 212 permanecerá en vuelo listo para un eventual rescate rápido. Si alguno de los paracaidistas cayera al mar, este no podría sobrevivir a mas de tres minutos de exposición en sus aguas heladas.
Pese a todo, los miembros del Proyecto Alas se muestran optimistas y ansiosos ante la inminente partida, y si las conexiones lo permiten, prometen seguir pasando noticias puntualmente.
DIARIO
04 de Marzo
El día largamente esperado ha llegado y el equipo ha emprendido viaje hacia el sur. El C-130 con unas cuarenta personas a bordo ha completado su primera etapa tras cinco horas de vuelo. La ciudad de Río Gallegos los recibe con viento y lluvia.
El plan original de repostar, aprovisionar el avión y reemprender viaje a las tres de la madrugada, ha tenido que ser suspendido. Desde base Comodoro Marambio se informaba de vientos cruzados de más de 65 nudos, pero se prevén vientos favorables para el mediodía de mañana.
05 de Marzo
El día ha amanecido soleado y frío y el parte metereológico es favorable. Tras el detallado informe del Comodoro Tufiño, jefe de la base de Río Gallego, se embarca nuevamente con destino a la Base de Marambio.
05 de Marzo, mas tarde
Se llega a Marambio con la sorpresa de encontrar unas instalaciones muy bien preparadas y un día soleado después de cuarenta de tiempo impracticable, con temporal y vientos de hasta 100 nudos.
El equipo no duda en aprovechar esta oportunidad y sin tiempo para más, embarca en un Bell 212 para reconocer el terreno y a continuación en el avión desde el que estaba previsto realizar los saltos, un Twin Otter preparado para el aterrizaje en glaciares.
La vista a 10.000 pies es sobrecogedora, mostrando un territorio salvaje que se mezcla con las aguas del mar de Wedell, en estos momentos plagadas de icebergs de todas las tallas imaginables.
Con una velocidad pasmosa el tiempo empieza a cambiar y las nubes llegan a cubrir toda la extensión de cielo visible, pero ya en pasada se realiza el primer salto sobre la vertical de la Base Marambio.
El frío es atenazador, y todas las capas de ropa parecen insuficientes. Los compañeros del suelo comunican que el viento esta aumentando y ya llega a 20 nudos y la proximidad del mar se convierte en nuestra principal preocupación. Sin embargo todos los temores ante la emoción de poder realizar este salto, que a buen seguro hará historia.
La actividad de la Base queda en suspenso durante la caída libre y el aterrizaje de los miembros del Proyecto Alas. Los recibe con gran entusiasmo por la totalidad de los habitantes de Marambio, el Comodoro Mayor Marcelo Ayerdi y el jefe de la base, Comodoro Colman, al frente con una botella de champagne para celebrar el PRIMER VUELO HUMANO SOBRE EL CONTINENTE ANTARTICO.
Para el día siguiente se propone realizar otro vuelo pero sobre el glaciar de Cerro Nevado. El meteorólogo informa que se espera un buen día, pero que los vientos probablemente aumentaran.
06 de Marzo
Un día inmejorable, en la base no creen en tanta buena suerte!! Si todo va como se espera hoy se hará un salto en un lugar totalmente virgen.
06 de Marzo, mas tarde
Buenas noticias! La Fuerza Aérea apoya la propuesta de saltar sobre Cerro Nevado. Los dos helicópteros Bell han trasladado hasta el punto elegido al equipo de apoyo y a continuación se comienza el ascenso hasta 12.000 pies.
Las temperaturas de hoy son muy inferiores a las de ayer y durante el vuelo de dos horas se empiezan a sufrir las consecuencias de volar sin puerta. El piloto informa que la sensación térmica es de -71° al alcanzar la altura de lanzamiento. A estas alturas del vuelo nuestras caras están azules y no se sienten ni pies ni manos, algunos se encuentra al límite de su resistencia.
A dos minutos del lanzamiento el suelo informa que el viento en el glaciar es de 22 nudos y se disponen para saltar.
Colocados en la puerta para la salida, pero a 10 segundos del salto el piloto se gira y les pide esperar, que nuestro equipo en el suelo quiere suspender el salto.
Desde el suelo ven acercarse una tormenta de nieve al tiempo que los vientos se incrementan y el helicóptero de rescate, que se encuentra en vuelo a una milla de distancia, se pone rápidamente en movimiento. Cuando el helicóptero llega al lugar de recogida se encuentran con visibilidad “cero” y aunque desde el suelo lo oyen muy cerca no logran encontrarlo y el helicóptero se ve forzado a abandonar el rescate.
El día perfecto se ha convertido en cinco minutos en una terrible ventisca con vientos de 45 nudos de intensidad. Cuatro comandos argentinos, el médico, dos CCT de la EADA, David y Marc del nuestro equipo de rodaje, se han quedado aislados en un lugar inaccesible.
Tras el regreso del equipo a Marambio se informan de las noticias y se establece un plan de emergencia. En un primer momento los nueve incomunicados intentan descender los 1500 pies de Cerro Nevado, es una acción peligrosa ya que deben de pasar por una zona de grietas, pero también es peligroso quedarse desprotegidos donde ahora están. Después de establecer una cordada emprenden camino, pero tras un kilómetro de penosa marcha donde el primero de la fila no llega a ver a los últimos, deciden regresar al punto de partida donde el rescate los pueda encontrar y afrontar el problema con los medios de que disponen.
Por radio se informa de su situación, van a cavar un refugio en la nieve e intentar esperar a que el tiempo mejore. Los comandos disponen de una pequeña tienda de campaña donde instalan a Marc, David, al médico y al mas joven de los comandos. El resto se distribuyen en el exterior en dos agujeros practicados en la nieve de dimensiones muy reducidas debido a la dureza del hielo centenario. Con las banderas de la EADA y de Skydive Empuriabrava improvisan un tejadillo para protegerse del viento.
Se establece un procedimiento de contacto por radio con la base cada dos horas.
En la comunicación de las cinco de la tarde, cuando ya llevan tres horas de aislamiento, los vientos son de 45 nudos y la temperatura de – 31° C, y desde la base se les comunica que si las condiciones no mejoran antes de las 19.30 el helicóptero no podrá despegar hasta el día siguiente.
19.30
Desde la base se dan las malas noticias al grupo de Cerro Nevado: se abandona el rescate hasta las 06.00 horas, tendrán que pasar la noche solos y esperar que las condiciones sean mas favorables por la mañana.
La situación del grupo empieza a complicarse, las temperaturas han descendido hasta los –37° C, la intensidad del viento parece aumentar y algunos están un poco mojados.
02.00
Los palos de las banderas que utilizaban como parapeto se han roto y ahora están totalmente expuestos. Han aparecido los primeros síntomas de hipotermia en alguno de los miembros del grupo. Cada 20 o 25 minutos se comprueba que todos siguen despiertos y en relativo buen estado.
El metereólogo informa que el tiempo será bueno al día siguiente, pero nunca se sabe con certeza…
04.00
Una capa de nieve cure las piernas de los que se encuentran fuera de la tienda de campaña. Los ánimos empiezan a flaquear, el medico tiene las manos totalmente moradas y no tiene fuerzas para aguantar mas tiempo. Blas Morcillo se hace cargo de la situación y les devuelve el calor poniéndolas en su estomago desnudo. En su comunicación con la base informan que no aguantaran otras doce horas. La situación es dramática porque la ventisca no cesa.
05.00
Todavía de noche se empiezan a preparar los helicópteros y los equipos de rescate.
A las 05.30, con el sol apuntando por el horizonte, el viento ha bajado hasta 17 nudos, es el momento de despegar. Tras algo mas de media hora de vuelo se puede finalizar el rescate con éxito.
Una hora después todos respiraran tranquilos al ver las caras de sus amigos, aunque agotados, sanos y salvos.
07 de Marzo
El día ha quedado absolutamente increíble, soleado y sin viento. Todos los rescatados están descansando, pero la aventura continua.
Junto al Comodoro Mayor Marcelo Ayerdi se prepara un nuevo plan. Según sus palabras « hemos cometido el error de subestimar al Polo Sur » y esto no volverá a ocurrir.
Se desplazaran dos personas a la zona de saltos para realizar el control en el suelo, un helicóptero quedara orbitando en la zona y si se detectan nubes en un radio de 15 km los recogerá y se cancelara el salto.
Los dos CCT españoles, que todavía no han podido descansar tras salir del botiquín, se cambian de ropa, preparan el material y se muestran decididos a continuar. Blas, junto a un comando de la Fuerza Aérea Argentina, viajara de nuevo hacia el sur hasta alcanzar Cerro Nevado y Fernando quedara en la zona alternativa de Marambio. El equipo de filmación lo ha pasado realmente mal por lo que a partir de ahora los miembros del equipo se encargaran de obtener todas las imágenes.
Es el momento, no hoy otra alternativa, las condiciones son perfectas.
Para el ascenso se preparan sacos de dormir, con los que se protegen hasta el momento de la salida.
Durante el vuelos se piensa en la experiencia del día anterior, el tiempo puede cambiar en cuestión de pocos minutos, y que si esto ocurriera y no se los puede recuperar inmediatamente, no se está lo suficientemente equipados para sobrevivir ni tan siquiera a una noche a la intemperie.
Al llegar al glaciar se contempa una visión absolutamente maravillosa con el sol brillando sobre la nieve y el Mar de Wedell. Tras ascender hasta 13.500 pies todas las dudas desaparecen y saltsan eufóricos, sabiendo que hoy si lo van a conseguir.
El frío es estremecedor pero el vuelo es maravilloso. A los pocos segundos de la salida la cámara de fotos de Vincent se congela y deja de funcionar, la mala suerte los dejará sin esas imágenes para compartir, pero la que queda gravada en sus retinas permanecerá allí para siempre.
El momento de la apertura no deja perciben un sentimiento de tristeza, porque saben que cuando terminen este vuelo no tenderán nuevamente la oportunidad de experimentar esta sensación sobre la Antártida.
Bajo campana todos sus movimientos son torpes e imprecisos, sus músculos están entumecidos y las manos no tienen sensibilidad.
Al aterrizar, unidos en un fuerte abrazo, saben que después de todos los esfuerzos y los malos momentos han merecido la pena y que lo que acaban de conseguir será difícilmente repetible.
El Proyecto Alas, agradece infinitamente al Ejercito del Aire Español y la Fuerza Aérea Argentina, que sin su inmensurable colaboración jamás lo habrían conseguido.